MERIDA.- Mientras en sus discursos presumen inclusión, apoyo a los pueblos originarios y atención médica gratuita, en la realidad los gobiernos morenistas dejan ver su verdadero rostro: insensible, indolente y profundamente excluyente.
El caso de don Benjamín Chablé, un abuelito mayahablante de 87 años, es la muestra más clara de cómo se pisotea la dignidad de los más vulnerables bajo la administración actual. Su hijo, Gerardo Chablé Chan, fue trasladado del Hospital General de Tekax al Hospital O'Horán en Mérida por una complicación de salud relacionada con la diabetes. Nadie le avisó a don Benjamín, su único familiar, sobre el traslado. Mucho menos se le explicó el motivo. En su angustia, al llegar al hospital de Tekax, no encontró respuestas, solo indiferencia.
Y para colmo, una doctora cubana —que debería estar aquí para ayudar — se burló de él y le negó información sobre su hijo. ¿Eso es lo que llaman “atención humanitaria”? ¿Ese es el "rescate del sistema de salud" que prometió Morena?
Pero lo más indignante: ahora exigen pago para poder dar de alta a su hijo en el Hospital O’Horán. ¿No que era gratuito el acceso a la salud pública? ¿No que los servicios médicos son un derecho y no un privilegio?
La administración morenista presume logros que no existen y oculta con propaganda la miseria institucional que enfrentan miles de familias mayas que no tienen dinero, pero sí dignidad. ¿Dónde están los defensores de los pueblos originarios ahora? ¿Dónde está el tan cacareado "humanismo mexicano"?
El trato recibido por don Benjamín no es un caso aislado. Es el reflejo de un sistema roto, donde ser pobre, ser indígena y no tener un padrino político te condena al abandono.
Hoy se exige respeto. No solo para don Benjamín, sino para cada persona de nuestras comunidades que ha sido humillada, ignorada y silenciada en hospitales públicos que deberían ser santuarios de vida, no espacios donde la discriminación y la negligencia se disfrazan de burocracia.
¿Hasta cuándo los gobiernos morenistas van a seguir usando al pueblo maya como discurso, pero tratándolo como estorbo en la práctica?
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